Juan Coletti
escribió en la contratapa de la primera edición de este libro:
En el Zohar, el Libro de los
Esplendores, se afirma que “Todo en el
mundo está dividido en dos partes, de las cuales una es visible y la otra
invisible. Aquello invisible no es sino el reflejo de lo invisible”.
Subido al trapecio
del pensamiento emocionado que me lleva, oscilando a Uno y Otro lado de la
Realidad, a un extremo y otro del Huevo Cósmico, exploro con la mística pasión
de un hurón las huellas que me conducen al abrevadero donde se nutre la
conciencia creadora.
Derribando muros, huyendo y regresando
por los laberintos que abre la trama de las palabras en la gran noche de lo
increado, se me revelan los nuevos
textos, aquellos que si no fueran escritos por mí jamás podría leer.
Bebiendo el elixir de mis secretas
meditaciones, intento generar un campo de energía que pueda trasladarme de la
gravedad a la gracia, tender mi catre a la intemperie y gozar de la delicia de
mis ensoñaciones que vagan y saltan como delfines en un mar azul, retornar de
la liviandad a la espesura y volver a
partir y regresar hasta encontrar el punto indivisible de mí mismo.
Abro de par en par los ventanales de
mi imaginación hacia el esplendor de lo invisible pues ahora sé que escribir es
sólo recordar lo que está grabado en el espejo de los sueños.
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